Los hijos de Neptuno dejaron de ser
invisibles
Cuando llegaron
hombres con pulmones de acero.
Los encuentros se repetían cada diez mil mareas
Y el mar ganaba su batalla
A duras penas.
Entonces el hombre se volvía mito y el mito profecía,
Y llegado el momento,
Los descendientes se encontraban con su destino.
La edad de la tierra y la edad del océano avanzaban
Inconexas, ajenas entre si.
Pero una y otra vez, ambos mundos se encontraban,
Atónitos, expectantes.
¿Cuáles eran las intenciones de los hijos de Vulcano?
¿Por qué bajaban a nuestro mundo?
Cada vez venían más. ¿Nos buscaban?
Algunos traían lanzas.
...Otros no.
¿Era curiosidad? ¿Comunicación?
En otra edad, cuando estas criaturas sin branquias
destruyeron su hábitat,
Quisieron vivir como nosotros.
Pero incapaces de adaptarse, desearon poseernos.
Finalmente, acabaron dominándonos.
Los hijos de Vulcano, antaño seres acuáticos,
Forzaron su vuelta sin saber
cuáles eran su sitio
Ni su naturaleza. ¿Será este nuestro fin?
El Océano tendrá la última palabra.
Marina Martín Cochet
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Any thought?